Dentro de los ciclos de producción del cerdo son muchas las causas que generan trastornos digestivos, siendo las “diarreas recurrentes”, un cuadro clínico comúnmente encontrado en la fase de precebo y ceba. Desencadenado por la espiroquetosis intestinal, disentería porcina (enteritis hemorrágica) y enteropatía proliferativa porcina (ileitis). No obstante, debemos tener en cuenta que pueden actuar concomitantemente con otros patógenos como Escherichia coli hemolítica, salmonellas y parásitos intestinales (coccidias y Trichuris spp.; Porc Magazine. Nº 345. 2001).
Disentería porcina
Causada por Brachyspira hyodysenteriae, está caracteriza por una diarrea que se genera en el intestino grueso con presencia de sangre y moco, por la grave inflamación del intestino grueso y la destrucción de la mucosa intestinal, afectando principalmente los cerdos de engorde, entre los 12 y los 75 kgs de peso.
Brachyspira (anteriormente llamada Serpulina o Treponema) hyodysenteriae es una espiroqueta que puede sobrevivir en heces hasta 112 días, siendo muy sensible a ambientes secos y calurosos.
Se disemina lentamente dentro de las granjas aumentando progresivamente en la medida que infecta más animales. En cerdas se puede presentar una infección asintomática que puede durar varios meses, transmitiendo la enfermedad a sus lechones.
Los elevados costos asociados a la enfermedad se dan por su alta morbilidad, generando una depresión en el crecimiento, deterioro de la conversión alimenticia y las constantes medicaciones en el alimento.
El periodo de incubación es de 7 a 14 días, pudiendo llegar hasta 60 días en animales asintomáticos, que por situaciones de estrés manifiestan los síntomas clínicos.
Los síntomas clínicos de la enfermedad se caracterizan por:
– Una grave disentería aguda.
– Heces pastosas de color marrón claro con o sin sangre o moco, de consistencia gelatinosa que mancha la piel debajo del ano.
– Pérdida progresiva de peso.
– Flancos hundidos.
– Pérdida parcial del apetito.
– En algunos casos se puede presentar muerte súbita.
– A medida que la enfermedad progresa, puede aparecer mayor cantidad de sangre haciendo que las heces pasen a tener un color oscuro y alquitranado.
– Deshidratación por la diarrea.
La diseminación de la enfermedad se da por el consumo por parte de animales sanos, de materia fecal contaminada, siendo los portadores asintomáticos y los cerdos de reposición infectados los encargados de eliminar el organismo.
Otra fuente de transmisión y diseminación se da por la introducción a granjas de equipos, camiones, dotación e implementos contaminados. Las moscas, ratones, pájaros y perros son un importantes fomites de la enfermedad.
Factores de estrés producidos por alta humedad, cambios de dieta, altas densidades y programas de aseo y desinfección deficientes son factores que aceleran la presentación de la enfermedad.
El diagnóstico se basa en los hallazgos de necropsia donde las lesiones están localizadas en intestino grueso, el cuadro clínico y el aislamiento e identificación de B. hyodysenteriae mediante pruebas laboratoriales como serologías, química sanguínea y PCR, serán confirmatorios.
Enteropatía proliferativa porcina
Producida por una bacteria intracelular obligada, La Lawsonia intracellularis, tiene un periodo de incubación de 7 a 14 días, siendo en este periodo donde son evidentes los primeros síntomas de la enfermedad y comienza la eliminación por las heces de la bacteria, pudiendo persistir hasta por 70 días más. El pico de la enfermedad se da alrededor de los 21 días después de la infección, pero es posible encontrar anticuerpos circulantes en sangre luego de 14 días. La inmunidad materna no es muy duradera y luego de 35 días cuando decaen los anticuerpos, hay gran susceptibilidad en los lechones.
Se caracteriza por tener dos formas de presentación:
La forma crónica: Llamada también adenomatosis intestinal porcina (AI), Hiperplasia intestinal adenomatosa o enteritis proliferativa porcina (EPP). Se presenta en animales en crecimiento de 2 a 6 meses de edad, siendo los síntomas clínicos más evidentes en los animales la anorexia, el retraso en el crecimiento, la variación en los pesos y el retraso en la salida a sacrificio. Lo más característico de la enfermedad es una diarrea de aspecto amarillo verdosa o gris verde, sin presencia de sangre o moco, don algunos animales pueden recuperarse, pero otros no la superan y finalmente mueren.
La forma aguda: Conocida como enteropatía proliferativa hemorrágica (PHE). Se presenta en cerdos de finalización y animales de reemplazo entre 4 y 12 meses. La enfermedad se caracteriza por una marcada palidez que cursa con una anemia hemorrágica aguda, causada por el deterioro e inflamación de la mucosa intestinal, pudiendo terminar en muerte súbita. Los abortos se pueden presentar 6 días después del inicio de los signos clínicos.
Estas dos formas de la enfermedad se presentan en la porción terminal del íleon y a nivel de colon proximal.
Una forma subclínica poco específica e inaparente se presenta en animales con retraso en el crecimiento, una ineficiente conversión alimentaria y mayor número de días para llegar a sacrificio.
El diagnóstico es integral y requiere de la evaluación epidemiológica de la granja, interpretación de los hallazgos de necropsia, donde se puede observar una marcada reacción inflamatoria y necrotizante en la mucosa intestinal que le da un aspecto de cerebro, edema mesentérico y aumento en el grosor intestinal, lo que le da la apariencia de manguera. La luz intestinal puede estar ocluida por coágulos de sangre y fragmentos de mucosa intestinal fibrinonecrótica que genera adherencias y obstruye la luz intestinal. Los resultados zootécnicos de la explotación son otra fuente que nos permite abordar el diagnóstico, ya que se ven deteriorados. Algunas pruebas de laboratorio tales como histopatología, serologías (inmunofluorescencia indirecta), histoquímicas y PCR permitirán la confirmación de la enfermedad.
Referencias: