Importancia de la salud hepática en acuicultura

Julio 2023

Realizado por: Luz Natalia Franco Montoya,
MVZ, Esp., MSc, Dr. Ciencias Animales

“One Medicine, One World, One Health”
«La salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten.
Estos conceptos constituyen una estrategia global que destaca la necesidad de un enfoque holístico y transdisciplinario, que incorpore la experiencia multisectorial en el tratamiento de la salud de la humanidad, los animales y los ecosistemas»
Organización Mundial de Sanidad Animal (2023)

Introducción

Con el fin de satisfacer las necesidades nutricionales de la creciente población humana, la producción pesquera y acuícola a nivel mundial se ha incrementado constantemente desde 1950, pasando de 19 millones de toneladas en ese año a un récord histórico de 179 millones de toneladas para el 2018, con una tasa de crecimiento anual del 3,3% (FAO, 2022). La pesca de captura contribuyó con 90 millones de toneladas (el 51%) y la acuicultura con 88 millones de toneladas (el 49%). En lo corrido del nuevo milenio, debido al estancamiento de la pesca extractiva, este crecimiento se ha dado principalmente a través del aumento de la producción acuícola, la cual casi se ha duplicado, tanto en aguas continentales como marinas, pasando del 25,7% en 2000 al 46,8% en 2016 (FAO 2018). Este panorama posiciona la acuicultura como una de las producciones pecuarias más desarrolladas durante las últimas décadas, lo cual otorga grandes posibilidades de desarrollo en el sector y a su vez genera grandes presiones sobre las dinámicas productivas y sobre los organismos acuáticos de consumo humano.

Tanto el pescado como el camarón, representan una valiosa fuente de proteínas y otros nutrientes en la dieta de muchos países. Al igual que otros productos de origen animal, el pescado y los productos pesqueros contienen agua, proteínas y otros compuestos nitrogenados, lípidos, carbohidratos, minerales y vitaminas. Sin embargo, la composición química de los peces varía mucho de una especie a otra, según la edad, el sexo, el medio ambiente y la estación del año. Las proteínas y los lípidos son los componentes principales, mientras que los carbohidratos se detectan en niveles muy limitados. De otro lado, los camarones representan una importante fuente de nutrientes de fácil asimilación en la dieta humana, aportando principalmente proteínas, minerales como selenio hierro, zinc y vitaminas como B12, D, E; y en menor medida, lípidos, ácidos grasos esenciales Omega 3 y carbohidratos. Los peces y camarones marinos aportan además un alto contenido de yodo en la dieta.

El óptimo desarrollo de los sistemas de producción acuícola, depende de un delicado equilibrio entre la exigencia productiva y el buen cuidado de los animales; esto en relación a factores que inciden directamente sobre su salud y que se van a ver reflejados en el producto final. Factores tales como la calidad del agua, dietas balanceadas —según el requerimiento nutricional de cada especie a cultivar, el manejo y manipulación de los animales, el uso de fármacos o la presencia de xenobióticos, el nivel de oxígeno, la temperatura y demás parámetros fisicoquímicos del agua, inciden de modo directo en la salud de los animales en los ecosistemas acuáticos. Un equilibrio de los factores mencionados incide de manera positiva y directa en el desarrollo de los animales y es fundamental en el resultado final: productos con nutrientes de alta calidad y seguros para la salud humana.

Actualmente, la presión generada sobre los sistemas productivos para obtener altos índices de producción y satisfacer las demandas del mercado, han acelerado los tiempos de los ciclos productivos y han generado sistemas de producción acuícola que llevan al límite el metabolismo y los mecanismos de crecimiento y desarrollo de los animales. Esto con el fin de generar la mayor producción en el menor tiempo posible. La sobrecarga en la dieta y la pobre calidad del agua y el manejo de animales a altas densidades, afectan directamente la salud de los animales, lo que puede causar perjuicios, tanto en el desarrollo y crecimiento de los animales, como en su resistencia frente a patógenos, lo que afecta además la calidad del producto cárnico final y a sus consumidores.

El hígado como órgano fundamental para la salud en acuicultura

El hígado es considerado como uno de los órganos más importantes para la salud de los peces. Es un órgano versátil cuyas funciones van desde la digestión, metabolismo, distribución y almacenamiento de nutrientes, detoxificación, crecimiento y reproducción, hasta la respuesta inmunológica del organismo frente a los patógenos. De manera similar ocurre en otros organismos acuáticos como es el caso de los camarones, los cuales poseen hepatopáncreas como órgano principal del tracto digestivo y juega un importante papel en la digestión, absorción, almacenamiento y distribución de nutrientes, así como en la detoxificación, el crecimiento y colabora en la síntesis proteica en relación a la respuesta inmune del animal. En ambos casos, la salud del hígado es esencial para los diferentes sistemas de producción, por lo que garantizar la salud hepática disminuye la presentación de enfermedades y propende por un óptimo desarrollo del animal, con mejor desempeño productivo y excelentes resultados en el producto cárnico final.

¿Cuáles son los factores que afectan la salud hepática en acuicultura?

Contaminación del agua: En general, los organismos acuáticos están en una íntima relación con su entorno y con todo aquello que se encuentre diluido en el agua. Sus mecanismos particulares de respiración y alimentación los hacen vulnerables a la contaminación acuática por fármacos, micotoxinas, metales pesados, agroquímicos, entre otros. Estas moléculas al ingresar al organismo se conocen como xenobióticos, los cuales son principalmente metabolizados en el hígado en peces o en su equivalente en camarones, el hepatopáncreas, donde suceden procesos como la detoxificación, biotransformación e incluso acumulación. En algunas ocasiones, los metabolitos de los xenobióticos son incluso más tóxicos que la molécula original, ligándose a receptores celulares, alterando el ciclo y metabolismo de células y tejidos, y originando lo que conocemos como disrupción endocrina, causante de la disminución o pérdida de la capacidad reproductiva en algunas especies. Sin embargo, el agua no solo se puede contaminar a partir de fuentes de colección, sino también, desde el interior del sistema productivo, debido al uso indiscriminado de fármacos, la presencia de micotoxinas en los alimentos mal almacenados, o accidentalmente, con el uso de agroquímicos en sectores aledaños a los estanques. Por lo tanto, el manejo apropiado de estos elementos y las buenas prácticas productivas ayudan a mantener el agua libre de contaminantes.

Calidad fisicoquímica del agua: Los parámetros fisicoquímicos del agua son de suma importancia para la salud hepática, tanto en peces como en camarones. Factores como cambios bruscos en la temperatura del agua, bajos niveles de oxígeno o altos niveles de nitritos, dificultan la respiración en los organismos acuáticos y causan gran estrés en los animales. La hipoxia prolongada altera el metabolismo celular y perjudica la salud hepática y hepatopancreática en peces y camarones, respectivamente. El nexo inevitable de los animales acuáticos con su entorno requiere que los parámetros del agua sean constantemente monitoreados en la acuicultura, con el fin de garantizar su calidad; esto permite el adecuado desarrollo de los animales y se ve reflejado en buenas tasas de sobrevivencia, la disminución de enfermedades, así como, mejoras en la ganancia de peso y tasa de conversión alimenticia a lo largo del ciclo productivo.

Estrés: La creciente demanda sobre el sector acuícola ha generado grandes presiones sobre las unidades productivas y sobre los organismos acuáticos. Los factores estresores para los organismos acuáticos incluyen aquellos relacionados con la calidad del agua, pero adicionalmente, el manejo constituye uno de los factores más estresantes para los animales. Estos últimos incluyen los periodos de manipulación o de exposición aérea —que son inevitables durante el ciclo productivo, que pueden causar en los animales estrés agudo e incluso lesiones corporales, lo que los deja vulnerables a los patógenos presentes en el agua. Un manejo rápido, delicado y oportuno, realizado por personal capacitado, es fundamental para evitar pérdidas económicas.

Infecciones prolongadas: Virus, bacterias, hongos y parásitos, son habitantes cotidianos del entorno acuático, ante lo cual los organismos, tanto peces como camarones, poseen mecanismos de respuesta inmunológica adaptados a su entorno, desde la piel o caparazón, respectivamente, hasta sus sistemas digestivos y demás tejidos, estos organismos cuentan con múltiples células (leucocitos en peces y hemocitos en camarones), enzimas y complejos antimicrobianos, capaces de responder en cuestión de minutos a los ataques causados por microorganismos. Sin embargo, la inmunocompetencia de los organismos acuáticos —así como se observa en organismos terrestres, se ve afectada por múltiples factores, entre ellos, la mala alimentación, calidad del agua deficiente, el estrés prolongado, las lesiones corporales, afectan la capacidad de respuesta inmune de los organismos frente a patógenos, generando infecciones crónicas con altas tasas de morbimortalidad. Garantizar las condiciones medioambientales, nutricionales, sanitarias y de manejo apropiadas, incrementa la inmunocompetencia de los animales y favorece su respuesta a los desafíos inmunes que se puedan presentar durante el ciclo productivo.

Uso indiscriminado de fármacos: Históricamente, en producción pecuaria se ha permitido e incentivado el uso indiscriminado de fármacos y la acuicultura no es la excepción, siendo mucho más difícil el control de fármacos una vez diluidos en el agua. Por lo anterior, se ha generado una problemática cada día más preocupante: la resistencia a antibióticos. Los microorganismos han desarrollado genes que les permiten la resistencia a los mecanismos biostáticos o biocidas de los fármacos, generando entonces super infecciones. El abuso de los fármacos no solo genera resistencia a antibióticos por parte de los microorganismos, sino contaminación del agua y sobrecarga al hígado en peces o hepatopáncreas de los camarones, lo que puede llevar no solo a la toxicidad para los animales sino, a la bioacumulación de los fármacos que pueden alcanzar concentraciones crecientes a medida que se avanza en el nivel trófico en la cadena alimenticia. En este sentido, se hace importante y necesario el uso de productos naturales que fortalezcan la salud hepática y la respuesta inmune de los animales sin causar efectos secundarios en los ecosistemas.

Excesos en la dieta: Tanto peces como camarones, tienen según la especie, determinados requerimientos nutricionales de acuerdo con la fase de desarrollo en la que se encuentren. Por lo tanto, es de suma importancia realizar los ajustes requeridos de cada fase del proceso productivo, ya que estos organismos acuáticos tienden a almacenar excesos de nutrientes en el hígado (glucógeno y lípidos); de tal modo que, si las dietas no son balanceadas apropiadamente, el hígado en peces y el hepatopáncreas en los camarones, tiende al acúmulo de estos nutrientes, disminuyendo así su capacidad para otras funciones vitales como, la secreción de enzimas digestivas, la detoxificación o biotransformación de moléculas, la síntesis proteica y la función inmune. Adicionalmente, en el caso particular de los camarones, se afecta la absorción de los nutrientes. En general, los peces pueden ser más resistentes a la congestión hepática que los camarones, los cuales no toleran la congestión del órgano sin que esto cause graves problemas de salud, como la letargia, caquexia e inmunosupresión. Sin embargo, tanto peces como camarones con excesos dietarios de proteína, lípidos o carbohidratos, tendrán problemas hepáticos, que en general los harán menos inmunocompetentes para el entorno que los rodea, lo que puede incrementar brotes de enfermedades virales, bacterianas, fúngicas y parasitarias, llevando finalmente a consecuencias para el consumidor.

Una vez presentados los retos a los sistemas productivos en acuicultura, se hace mandatoria la exploración de alternativas verdes que propendan salud, protección y potencialización de los principales órganos involucrados en los procesos de detoxificación e inmunocompetencia para ambas especies. Esto se deriva de la premisa de que un organismo fuerte podrá hacer frente a los estresores externos de manera apropiada. Es así como el uso de protectores y potenciadores hepáticos, prebióticos, probióticos, y demás inmunomoduladores de origen natural, preparan a los animales para responder de manera apropiada ante un eventual desafío inmunológico, alimentario o de manejo.

La responsabilidad del sector acuícola es grande, así como su capacidad de expansión y su demanda en el mercado. Controlar los sistemas productivos intensificados cada vez se torna más desafiante, para lo cual es de suma importancia tener en cuenta que el bienestar de los animales se verá reflejado en el producto cárnico final y en la salud de los consumidores. Y es que, garantizar la salud de los animales de producción en acuicultura también es velar por la salud humana y de los ecosistemas, ya que las relaciones generadas son delicadas e interdependientes.